sábado, 26 de junio de 2010

Mitos y Leyendas de la TVP (2)



Todo es producto de la imaginación…

Anoche me llamó una amiga. Es una mujer estudiosa de las leyes que bondadosamente se dedica a abogar por los demás. Cuando la conocí se presentó como abogada e inmediatamente agregó: -Pero odio la profesión. Fue tan categórica, tan tajante, tan visceral en su afirmación, que podría jurar que vi salir chispas de sus ojos.

Es que está cansada, abogar por los demás es desgastante, corroe las fibras, chupa energía.

Pero no me llamó para quejarse, ella es de mi manada. Nosotras lamemos nuestras propias heridas en la soledad de nuestra guarida.

Quería contarme una experiencia que tuvo. Resulta que hizo una regresión en la que apareció un alma perdida que estaba pegada en su campo energético. Algo que ella intuía desde hacía días, meses en realidad.

Este no es un dato menor, estoy diciendo que su intuición ya le había avisado. Su instinto ya había olfateado la presencia de una energía que no era la suya propia. Su mente había recibido y procesado la información. Lo había verbalizado, lo había contado.

Esa mañana salió de su casa percibiendo con sus sentidos que había una resistencia, que no le pertenecía, que estaba haciendo todo lo posible por evitar que la regresión tuviera lugar. Incluso mandó un mensajito diciendo que tenía miedo de tener un accidente antes de llegar a lo del terapeuta. O sea, la presencia de un obsesor para algunos y, está loca de atar, para otros.

La regresión fue intensa. Describió datos, coordenadas, lugares y sucesos. Hubo sabores, olores, violencia y también amores. Todo salió de sus propios labios, y lo percibió a través de su alma. Pero a pesar de todo, no se lo cree.

Su mente cuestiona. Que si es autosugestión, que si es producto de su imaginación…  El consciente dice que es invento del inconsciente, el perro de arriba dice que es la avidez del perro de abajo, el perro de abajo le echa la culpa al Gran Bonete y el Gran Bonete a la Buena Pipa… bromas aparte, a quién le importa?

Desde pequeña creo en la re encarnación del alma. En las vidas sucesivas, el proceso de crecimiento y elevación del alma, en la existencia de mundos paralelos, planos astrales diversos, para mí es más que una cuestión de fe. Es una certeza. Una verdad absoluta.

Al principio me dolía cruzarme con gente de poca fe, parada en la otra vereda. Me rebelaba oírlos, sentía que me hervía la sangre al acercarme a su escepticismo. Al tiempo descubrí que a ellos les pasaba lo mismo al oír mis alocadas ideas.

Hoy los oigo y siento empatía. Mantenemos largas charlas que nos nutren a ambos, argumentamos con filosofía, ciencia, chamanismo y sentido común. No pretendo convencer a nadie, sólo sostengo y grito a los cuatro vientos: A quién le importa?

Si hacer una regresión o acompañar a un alma perdida en su camino hacia la luz resulta ser terapéutico, es decir, sanador. Si así se disuelve una fobia, se esfuma una presencia que nos agobiaba, se supera un trauma, entonces, a quién le importa si es producto de la imaginación, si fue una buena pasada del inconsciente o si se trató un regalo del Gran Bonete.


Entonces, amiga mía, si a partir de esa mañana te sentís más liviana, más limpia, más vos misma. Si percibís a tu alma más pura, si tu instinto sólo olfatea tu olor, si tu intuición está calmada. Si estás más tranquila… entonces, qué importa?

Y si todo es producto de la imaginación… a quién le importa?


Gaby Leoncini
Formada en Terapia de Vidas Pasadas
con José Luis Cabouli


Imagen:
No sé de quién es, por favor si alguien lo sabe, no deje de informarme para colocar su nombre, como corresponde.

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